martes, 10 de febrero de 2009

Ese árbol nacido de mi pueblo.

“La salvación de la vida consiste en ver enteramente qué es cada cosa por sí misma, cuál es su materia y cuál es su causa”

Así de categórico es Marco Aurelio en sus meditaciones, y así de torpes, cual elefante que entra -con paso firme- en una chacharrería, andamos algunos en esta vida.
Creemos poder disponer, sin antes analizar y saber.
Creemos saber cómo sabio, cuando seguimos siendo nonatos de esta era.
Queremos guiar lo ingobernable, como a un hijo, que solo se le da la crítica y jamás el amor.
¿Qué somos sino más que parte de la rama de este árbol que crece hace lustros?
Pero creemos ser tallo fresco, cuando estamos más que secos y casi desprendidos de la rama que un día nos alimentó.
¿Somos tallo de la rama antigua, pero brote fresco, que sabe cuál fue su sabia, que aun su sabor recuerda y saborea, siendo otra nueva, que de la savia nueva que fluye y se alimenta? ¿Es este tallo nuevo el nuestro, o el que ya es abono en el suelo del eterno ayer? Si al fin y al cabo formaremos parte del alimento del mañana. Las ramas viejas darán forma a la savia nueva, pero no podrán revivir, o resucitar o volver a ser tallo verde. Pues el tronco ya le sostuvo, ¿acaso pretendes usar algo antinatural para que permanezca? El árbol del pueblo ya te dio su sostén.

“En practicar la justicia con toda el alma y en decir la verdad. ¿Qué queda entonces sino disfrutar de la vida, trabando una buena acción con otra, hasta el punto de no dejar entre ellas el mínimo intervalo?”

Con toda el alma amo ese árbol, por muy tosco, áspero o poco fructífero que a veces parezca ser. A menudo solo precisa que se le riegue con el agua justa y limpia, con amor que le dé vigor y esplendor, o abonar ese suelo que se resquebrajó en tanta sequia.
Justicia no son números, no son réditos. Justicia es saciar el hambre, justicia es actuar en comunión con la dignidad que se prendió de pechos honrados presentes y pasados.
Quien en buena acción busca recompensa, es un avaro del hambriento, necesita más y más de las carencias del resto, para colgarse otra nueva medalla. Precisa con voracidad y sadismo, que otros sufran, desea que todos le supliquen la salvación. Son desalmados, que intentan sangrar el árbol.
Este árbol apuntalado, integrado en cada milímetro por este nuestro pueblo, no desea más harapiento del sentimiento, no más listados de méritos rentables, ni ayudas cotizables. No precisa de quienes usen su madera para una silla nueva. No más heridas, no más rayos que quemen parte de su corteza.
¿Quieres justicia? Aplica justicia, los tuyos sabrán verla. El árbol te dará sombra, brotaran los tallos, y su verdor será insultante para la sequedad que aun -con pereza y sanguijuelismo- como parásito, se prenda de la rama que estaba más que seca. Cortemos esa rama, antes de que el árbol entero perezca.
El buen corazón, el buen tallo siempre da esplendor al resto del árbol, segundo a segundo, de lo contrario, es un rastrojo que se ha equivocado de lado.

“Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables impedimentos; única es la sustancia común, aunque esté dividida en innumerables cuerpos de cualidades peculiares; una es el alma, aunque esté dividida en infinidad de naturalezas y delimitaciones particulares”

Una sola es la verdad, y es que sin el pueblo, ese árbol, nada que ramifique podrá tener un sostén que no se doblegue con el más nimio de los vientos, nada enraíza en un suelo infértil, ni en vientre huero nacerá futuro guerrero. No importa los soles que brillen, ni los llantos que fluyan, ni los adioses que se den, el árbol seguirá ahí, con este tallo, o el otro.
Pero existe un peligro y es que el ramaje decida no brotar, y es que la savia deje de brotar, y es que el árbol se canse de palpitar y deje de dar los frutos que le hagan disfrutar de su ser y estar.
La tierra es la misma, amada y eterna, de sus mismos restos brotó su alimento de ahora y el venidero ¿pero que es este suelo sin mis raíces? ¿Qué árbol sin ese suelo? ¿Qué árbol sobrevive sin tallo nuevo? Si solo piensan en que hermosas fueron las que antaño fueron sus ramas, se olvidará de que aun puede germinar las más hermosa, verdes y fuertes.

“Una es el alma inteligente, aunque parezca estar dividida. Las restantes partes mencionadas, como los soplos y los objetos sensibles, carecen de sensibilidad y no tienen relación de parentesco mutuo; sin embargo, también a aquellas las contiene el poder unificador y el peso que las hace converger”

Parecemos de distintos árboles, parecemos no ser de la misma siembra o tierra. Creo que empieza a ser cierto.
Los que sentimos y no computamos, sufrimos el no entendimiento, y cuan prendidos estamos del árbol. Si fuera preciso de la savia de mi torrente sanguíneo alimentaría la raíz del árbol que ha dado origen a todo mi pueblo. Olvidarles, centrarme en rememorar, ¿Qué es todo sin ellos? ¿Miro solo al suelo? ¿No puedo seguir soñando con rozar el cielo? ellos son yo, y yo sin ellos soy un paria o un perdido en un desierto, con cruces brillantes, águilas de hermoso plumaje y un rojo prendido de un anochecer perpetuo, en un cielo donde el oro ya no se prende porque solo alumbra a un puñado de cobardes.
Y aun así, yo te amo, porque sin ti, ni sé, ni deseo ser. Porque me duelen tus cosas, porque tus cosas son las mías, y soy parte de tu agonía savia mía.

“Y la inteligencia en particular tiende a lo que es de su mismo género, y se le une, y esta pasión comunitaria no encuentra impedimentos”

Y a ti me aferro árbol mío, pueblo mío, patria mía, justicia mía, siempre pedida y escondida. Te buscaré, por mí, por este, por aquel y porque soy de mi pueblo, de mi gente, de los que nada sabemos, ni queremos saber, más que lo que la tierra y este árbol nos enseñen. Y la tibieza de este sol amado que nos quieren embargar, junto al cómputo de la savia que consumimos, porque no nos dejan mostrar el verdor de este tallo que tan incomodo, para algunos, parece ser y ni siquiera debería de estar.



Carmen M. Padial.

En rojo extractos de "Meditaciones de Marco Aurelio, libro XII, 29, 30"

No hay comentarios: