sábado, 21 de marzo de 2009

¿Da igual?


Y se escondió tras la roca,
Como alma cobarde que nada siente.
Como cosa inerte, endeble y tosca.

Sin el soplar de la brisa:
No regalaste suspiros,
Como siempre hiciste en tu risa.

Sin un paso que te llevara
Perdida como ave enjaulada,
Tristemente a tu cárcel tornabas.

Se mecían deseos, añoranzas...
Las ramas, las olas...
Los gritos y silencios...
Y se estrujaba el sentido,
Que el vivir ya me había desteñido.

Triste sombra,
Que ya arrugada,
De esquina a esquina lloraba
¿No ves que te pierdes
Entre tanta horda descarriada?

Y sigues terca en tus silencios
Aunque de palabras llenes tu boca.

Y sigues sin darte,
Porque nadie sabe,
Y nadie sabrá...
A tu interior
Toda persona es sorda.

¡Y qué más da!
Diría una hora a otra,
Ante la soledad.

¡Y qué más da!
Diría un adiós a otro
Si no se volverán a ver más...

¡Y qué más da!
Dice mi calma,
Si es mejor para caminar...

¡Y qué más da!
...Triste es mi consuelo,
Cuando me he cansado de llorar ya.

****
Carmen M. Padial.


No hay comentarios: