
Y se escondió tras la roca,
Como alma cobarde que nada siente.
Como cosa inerte, endeble y tosca.
Sin el soplar de la brisa:
No regalaste suspiros,
Como siempre hiciste en tu risa.
Sin un paso que te llevara
Perdida como ave enjaulada,
Tristemente a tu cárcel tornabas.
Se mecían deseos, añoranzas...
Las ramas, las olas...
Los gritos y silencios...
Y se estrujaba el sentido,
Que el vivir ya me había desteñido.
Triste sombra,
Que ya arrugada,
De esquina a esquina lloraba
¿No ves que te pierdes
Entre tanta horda descarriada?
Y sigues terca en tus silencios
Aunque de palabras llenes tu boca.
Y sigues sin darte,
Porque nadie sabe,
Y nadie sabrá...
A tu interior
Toda persona es sorda.
¡Y qué más da!
Diría una hora a otra,
Ante la soledad.
¡Y qué más da!
Diría un adiós a otro
Si no se volverán a ver más...
¡Y qué más da!
Dice mi calma,
Si es mejor para caminar...
¡Y qué más da!
...Triste es mi consuelo,
Cuando me he cansado de llorar ya.
Como alma cobarde que nada siente.
Como cosa inerte, endeble y tosca.
Sin el soplar de la brisa:
No regalaste suspiros,
Como siempre hiciste en tu risa.
Sin un paso que te llevara
Perdida como ave enjaulada,
Tristemente a tu cárcel tornabas.
Se mecían deseos, añoranzas...
Las ramas, las olas...
Los gritos y silencios...
Y se estrujaba el sentido,
Que el vivir ya me había desteñido.
Triste sombra,
Que ya arrugada,
De esquina a esquina lloraba
¿No ves que te pierdes
Entre tanta horda descarriada?
Y sigues terca en tus silencios
Aunque de palabras llenes tu boca.
Y sigues sin darte,
Porque nadie sabe,
Y nadie sabrá...
A tu interior
Toda persona es sorda.
¡Y qué más da!
Diría una hora a otra,
Ante la soledad.
¡Y qué más da!
Diría un adiós a otro
Si no se volverán a ver más...
¡Y qué más da!
Dice mi calma,
Si es mejor para caminar...
¡Y qué más da!
...Triste es mi consuelo,
Cuando me he cansado de llorar ya.
****
Carmen M. Padial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario