jueves, 19 de marzo de 2009

Vesta.

La pura e inmaculada Vesta, también conocida como Hestia en Grecia, era la diosa del fuego y la chimenea familiar. Gradualmente se fue convirtiendo en la diosa protectora de Roma cuya llama representaba el bienestar del estado es decir la res publica. Siendo una de las diosas más antiguas, ya que era hija de Rhea y Cronos, era considerada protectora de la humanidad.

Si bien en Grecia no se le dio tanta importancia fue en Italia donde existía un culto tan fuerte que un séquito de sacerdotisas sagradas le fue otorgado para ocuparse de su veneración y cuidado.

Para comenzar a comprender la importancia de Vesta primero debemos entender cuan importante era la chimenea familiar para los romanos. En esta parte de la casa no sólo se cocinaban los alimentos sino que también era el altar familiar donde la cabeza familia ofrecía sus oraciones y sacrificios.
Vesta era representada antropomórficamente en la forma de una mujer de gran belleza que sostenía un cuenco votivo en una mano y una antorcha en la otra. Fue cortejada por Apolo y Neptuno pero prefirio permanecer pura y virgen. Esto era representado por el fuego sagrado -que los Romanos consideraban como el emblema al fuego de la vida que ardía en el pecho de los seres humanos gracias a Vesta-.

Pero es relativo hablar de la figura de Vesta ya que no se ha encontrado una efigie representativa en su templo y la referencia mayormente utilizada de la imagen de dicha diosa proviene del grabado de una moneda. La cual se supone que es Vesta debido a que aparece junto a su templo.

Su festival era la Vestalia, y éste era uno de los eventos con más pompa y de mayor popularidad entre la población Romana. Señal inequívoca del cariño y adoración hacia esta diosa.




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